jueves, octubre 26, 2006

Lope en mi estación de metro.


Ir y quedarse y con quedar partirse,
partir sin alma y ir con alma ajena,
oir la dulce voz de una sirena
y no poder del árbol desasirse.

Arder como la vela y consumirse.
haciendo torres sobre tierna arena.
caer de un cielo y ser demonio en pena
y de serlo jamás arrepentirse.

Hablar entre las mudas soledades,
pedir prestada sobre Fé, paciencia
y lo que es temporal llamar eterno

Creer sospechas y negar verdades
es lo que llaman en el mundo ausencia,
fuego en el alma y en la vida infierno.

Lope de Vega..... Soneto ( no recuerdo el número)

léase : "y ir con alma ajena" así: " yir con alma ajena"

lunes, octubre 23, 2006

RAUL GONZALEZ TUÑON


El Entierro del Títere




Con narices de trapo
coloradas de frío
y el corazón de estopa
saliéndoles del pecho
condujeron al títere
que en la carpa velaron
envuelto en blanca ropa
a su último lecho
del fondo del baldío
los títeres hermanos.
Detrás con su sombrero
de ceremonia oscuro,
la cara de cabrero
y la espalda encorvada
de inviernos y de apuros,
iba el Titiritero.
Allí quedó el fantoche
al fondo del baldío
entre salvajes rosas
y juguetes perdidos.
Lloverá por la noche
y al alba habrá un charquito
de agua junto a él,
bordeando la fosa.
Vendrá un niño y pondrá
su barco de papel.
Rosas: ¡Lloren por él!

domingo, octubre 22, 2006

ANDREAS FEININGER


Andreas Feininger
(Paris, 1906 – Nueva York, 1999)
Fotógrafo formado en la Bauhaus, como arquitecto e ingeniero escultor, comenzó a usar la cámara a principios de la década de 1920 como herramienta para diseños arquitectónicos para dedicarse plenamente a la fotografía en 1932.

Andreas Feininger dedicó su vida a la exploración de la fotografía artística y científica. Su visión creativa parte de la base de que la cámara es superior al ojo, y que una fotografía puede plasmar un mundo más gráfico y real.

Desde sus primeras fotografías, pasando por las dos décadas en que trabajó para la revista LIFE, y hasta sus últimas imágenes, realizadas en la década de 1980, se puede apreciar en la obra de Feininger una inusitada senibilidad para el sentido compositivo.

Se han publicado 50 libros sobre Andreas Feininger, incluyendo libros de texto de los que él ha sido autor. En 1983, el British Broadcasting Corporation incluyó a Andreas Feininger en un docuimental televisivo sobre los fotógrafos vivos más importantes el resto de los elegidos fue: Ansel Adams, Bill Brandt, Alfred Eisenstaedt, André Kertész, y Jacques-Henri Lartigue.

ADIOS.......(NOS VEMOS DESPUES)

Adios!


Las cosas que mueren jamás resucitan,
las cosas que mueren no tornan jamás.
¡Se quiebran los vasos y el vidrio que queda
es polvo por siempre y por siempre será!

Cuando los capullos caen de la rama
dos veces seguidas no florecerán...
¡Las flores tronchadas por el viento impío
se agotan por siempre, por siempre jamás!

¡Los días que fueron, los días perdidos,
los días inertes ya no volverán!
¡Qué tristes las horas que se desgranaron
bajo el aletazo de la soledad!

¡Qué tristes las sombras, las sombras nefastas,
las sombras creadas por nuestra maldad!
¡Oh, las cosas idas, las cosas marchitas,
las cosas celestes que así se nos van!

¡Corazón... silencia!... ¡Cúbrete de llagas!...
?de llagas infectas? ¡cúbrete de mal!...
¡Que todo el que llegue se muera al tocarte,
corazón maldito que inquietas mi afán!

¡Adiós para siempre mis dulzuras todas!
¡Adiós mi alegría llena de bondad!
¡Oh, las cosas muertas, las cosas marchitas,
las cosas celestes que no vuelven más! ...




Poemas de Alfonsina Storni

ohio impromptu

viernes, octubre 20, 2006

No a la violencia de género ni ningún tipo de violencia




jueves, octubre 19, 2006

ESTHER ZARRALUKI



Las noticias, no creas, traen esperanza

Un hombre puede vivir con poco si aparta el trozo de fruta oscuro y olvida las imágenes que alejan el sueño, si como un perro voltea sobre sí mismo y hace un nido contra las luces. Si recoge las piernas hacia el pecho, mastica lentamente y no permite que palabras se disfracen de serpientes o corzos.
A veces, un hombre que vive con poco ve el noticiario, imagina mujeres desveladas y piensa que nada sería suficiente si una le mirara. Él, que aprendió a alimentarse y a no malograr su sueño, se pondría de la vida sus pulseras, sus tatuajes, la muerte de los árboles por corona.
A veces, en las noches frías de bombardeos y cobardía, un hombre que vive con poco se dice poemas, porque pensó en la muerte y en mujeres velando e imaginó sus piernas y sus estómagos tristes.

Esther Zarraluki (Barcelona, 1956) ha publicado Ahora, quizás, el juego (1982), Fin de amor (1986), Cobalto (1996) y el cuaderno El extraño (2000). Pertenece al consejo de redacción de la revista de poesía Barcelona, 080. Nos ha cedido amablemente dos poemas inéditos que presentamos al final de una pequeña selección de su obra anterior.

A PROPOSITO DE SOMBRAS...

...Las manos, llenas de sombras; las sombras, llenas de estrellas. Y con ella voy y vengo fijo en que al volver la esquina lo que soy y lo que tengo solo serán sombras, sombras de ...

yo


Hay un momento en nuestra vida en k lo no real o incluso lo real no lo queremos ver y lo ocultamos tras una sombra o simplemente no queremos k los demás vean alguna realidad y la tapamos detrás de esa misma sombra o solamente nosotros actuamos como meras sobras de nuestra propia realidad

Bruscamente, no, a la fuerza, a la fuerza, no pude más, no pude continuar. Alguien dijo, No puede permanecer ahí. No podía permanecer allí y no podía continuar. Describiré el lugar, carece de importancia. La cima, muy llana, de una montaña, no, de una colina, pero tan salvaje, tan salvaje, basta. Fango, brezo hasta las rodillas, imperceptibles senderos de ovejas, erosiones profundas. Fue en el hueco de una de ellas donde me tendí, al abrigo del viento. Hermoso panorama, sin la niebla que lo velaba todo, valles, lagos, planicie, mar. ¿Cómo continuar? No era necesario empezar, sí, era necesario. Alguien dijo, quizá el mismo. ¿Por qué ha venido? Hubiera podido quedarme en mi rincón, al calor, al abrigo de la humedad, no podía. Mi rincón, lo describiré, no, no puedo. Simplemente, no puedo nada más, como suele decirse. Digo al cuerpo, ¡Vamos, arriba!, y siento el esfuerzo que realiza, para obedecer, cual vieja carnaza caída ,en mitad de la calle, que ya no hace, que aún hace, antes de renunciar. Digo a la cabeza, Déjalo tranquilo, quédate tranquila, cesa de respirar, después jadea a más y mejor. Me siento lejos de esas historias, no debería ocuparme de ellas, no necesito nada, ni ir más lejos, ni quedarme en donde estoy, todo me resulta verdaderamente indiferente. Debería volverme, del cuerpo, de la cabeza, dejar que se arreglen, dejar que se acaben, no puedo, sería necesario que sea yo quien se, acabe. Ah sí, diríase que somos más de uno, sordos todos, ni siquiera, unidos de por vida. Otro dijo, o el mismo, o el primero, todos tienen la misma voz, todos los mismos pensamientos. Debiera haberse quedado en su casa. Mi casa. Querían que regresara a mi casa. Mi morada.Sin niebla, con buenos ojos, con un catalejo, la vería desde aquí. No se trata de simple fatiga, no estoy simplemente fatigado, a pesar de la ascensión. Tampoco de que quiera permanecer aquí. Había oído, debí haber oído hablar del panorama, el mar allá lejos, de plomo repujado, el llano llamada de oro tan frecuentemente cantado, los repetidos lomos, los lagos glaciares, los humos de la capital, no se hablaba de otra cosa. A ver, ¿quiénes son esa gente? ¿Me han seguido, precedido, acompañado? Estoy en la excavación que los siglos han cavado, siglos de mal tiempo, tendido cara al suelo negruzco donde se estanca, lentamente bebida, un agua azafranada. Están arriba, alrededor, como en el cementerio. No puedo levantar la vista hacia ellos, lástima. No veré sus rostros. Las piernas quizás, inmersas en el brezo. ¿Me ven ellos, qué pueden ver de mí? Quizá ya no haya nadie, quizá se hayan ido, asqueados. Escucho y son los mismos pensamientos lo que oigo, quiero decir los mismos de siempre, curioso. Decir que en el valle brilla el sol, en un cielo desmelenado. ¿Desde cuándo estoy aquí? Qué pregunta, me la planteo con frecuencia. Y con frecuencia he sabido responder, Una hora, un mes, un año, cien años, según qué entendía por aquí, por mí, por estar, y ahí dentro nunca he ido a buscar nada extraordinario, ahí dentro nunca he cambiado gran cosa, poco había aquí con aspecto de cambiar. O decía, No debe hacer mucho tiempo, no lo habría soportado. Oigo los chorlitos, significa que cae la tarde, que cae la noche, pues los chorlitos son así, gritan al llegar la noche, tras permanecer mudos durante toda la tarde. Así, así es entre criaturas salvajes y de tan corta vida, en relación a la mía. Y esta otra pregunta, que me es conocida, Por qué he venido, que no tiene respuesta, de modo que respondía, Para variar, o, No soy yo, o. Es el azar, o incluso, Para ver, o en fin, la edad del fuego, Es el destino, siento que llega, la pregunta no me hallará desprevenido. Todo es ruido, negra turba saturada que aún debe beber, marejada de helechos gigantes, brezo con simas en calma donde se ahoga el viento, mi vida y sus viejos estribillos. Para ver, para variar, no, está visto, todo visto, hasta llenarse los ojos de legañas, ni a la intemperie, el mal está hecho, el mal fue hecho, un día que salí, a rastras de mis pies hechos para ir, para dar pasos, que había dejado ir, que me arrastraron hasta aquí, por eso vine. Y lo que hago, lo esencial, resoplo, diciéndome, con palabras como de humo, No puedo quedarme, no puedo irme, veamos qué ocurre. ¿Y como sensación? Dios mío, no puedo quejarme, es él, pero con sordina, como bajo la nieve, menos el calor, menos el sueño, las sigo bien, todas las voces, todas las partes, bastante bien, el frío me gana, también la humedad, en fin lo supongo, estoy lejos. Mis reumatismos, no pienso en ellos, no me hacen sufrir más que los de mi madre, cuando la hacían sufrir. Ojo paciente y fijo, a flor de esta cabeza huraña de roñoso, ojo fiel, es su hora, quizá sea su hora. Estoy arriba y estoy aquí, tal como me veo, encenagado, los ojos cerrados, la oreja pegada formando ventosa contra la multitud que chupa, estamos de acuerdo, todos de acuerdo, en el fondo, desde siempre, nos queremos, nos lamentamos, pero ay, nada podemos. Seguro, dentro de una hora será demasiado tarde, dentro de media hora será de noche, y aun, no es seguro, entonces qué, qué no es seguro, absolutamente seguro, que la noche impide cuanto permite el día, a quienes saben apañárselas, a quienes quieren apañárselas, y pueden, aún pueden intentarlo. La niebla se disipará, lo sé, por mucho que uno esté desprevenido, el viento refrescará, al caer la noche, y el cielo nocturno cubrirá la montaña, con sus luminarias, los astros, que me guiarán, una vez más, guiarán mis pasos, esperemos la noche. Todo se enreda, los tiempos enredan, antes sólo había estado, ahora estoy siempre, dentro de unos instantes aún no estaré, penando en mitad de la vertiente, o entre los helechos que rodean el bosque, son los alerces, no intento comprender, nunca más intentaré comprender, como suele decirse, de momento estoy aquí, desde siempre, para siempre, ya no temeré a las palabras importantes, no son importantes. No recuerdo haber venido, nunca podré irme, mi pequeño mundo, tengo los ojos cerrados y siento en la mejilla el humus áspero y húmedo, mí sombrero ha caído, no ha caído lejos o el viento se lo ha llevado lejos. Lo apreciaba mucho. Ora es la mar, ora la montaña, a veces ha sido el bosque, la ciudad, también el llano, también probé en el llano, me he dejado por muerto en todos los rincones, de hambre, de vejez, acabado, ahogado, y después sin razón, muchas veces sin razón, por hastío, rebifa, un último suspiro, y los aposentos, de mi hermosa muerte, en la cuna, hundiéndose bajo mis penates, y siempre refunfuñando, las mismas frases, las mismas historias, las mismas preguntas y respuestas, ingenuo, basta, al límite de mi mundo de ignorante, jamás una imprecación, no tan tonto, o quizá no recuerde. Sí, hasta el final, en voz baja, meciéndome, haciéndome compañía y siempre atento, atento a las viejas historias, como cuando mi padre sentándome en sus rodillas, me leía la de Joe Breem, o Breen, hijo de un torrero, noche tras noche, durante todo el invierno. Era un cuento, un cuento para niños, transcurría en un peñón, en medio de la tempestad, la madre había muerto y las gaviotas se despachurraban contra el fanal, Joe se tiró al agua, es cuanto recuerdo, un cuchillo entre los dientes, hizo lo que tenía que hacer y regresó, es cuanto recuerdo esta noche, terminaba bien, empezaba mal y terminaba bien, todas las noches, una comedia, para niños.
Sí, he sido mi padre y he sido mi hijo, me he planteado preguntas y las he contestado lo mejor que pude, me he hecho repetir, noche tras noche, la misma historia, que me sabía de memoria sin poder creerla, o nos íbamos, cogidos de la mano, mudos, sumergidos en nuestros mundos, cada uno en sus mundos, con las manos olvidadas, una en la otra. Así he sobrevivido, hasta el presente. Y aún esta noche parece que todo marcha bien, estoy en mis brazos, me sostengo entre mis brazos, sin mucha ternura, pero fielmente, fielmente. Durmamos, como bajo aquella lejana lámpara, embrillados, por haber hablado tanto, escuchado tanto, penado tanto, jugado tanto.

miércoles, octubre 18, 2006

almafuerte

Invernal

La tarde es lluviosa; del ramaje
penden como harapos destrozados,
los nidos de las aves enlutados
como el pálido verde del follaje.
Solo y silencioso aquel boscaje
de plumeros verdosos y mojados,
de áspides, de prados desolados,
parece un escuálido paisaje.
Donde se encierra la grandeza humana
con todos sus achaques y certezas,
con la infinita vanidad insana
de todas las antorchas de nobleza.
¡Bosque do se funde la campana
que tañerá mis horas de tristezas!

almafuerte

Verano

Velado por fulíginos elásticos de llamas,
con galas y atavíos y aromas turbadores,
de ignotos lares llega con áureas oriflamas,
el príncipe verano, custodiado de amores.
¡Salud, príncipe indigno, laureolado de flores,
guirnaldas y diademas os brindarán las damas,
proyectan tus pupilas fúlgidos resplandores
que a reina primavera revelan que la amas!
Al manto de celajes aéreos y movibles,
ninfáticos poemas le engalanan sus bordes,
cánticos eufónicos, bemoles indecibles,
églogas siderales, himnos indefinibles,
se mezclan en los mágicos, quiméricos acordes,
de laúdes dorados, de reyes invisibles.

CHARLES BUKOWSKY



Últimamente
Me ronda este pensamiento
Que este país
Ha retrocedido
4 0 5 décadas
y que todo el
avance social
los buenos sentimientos de
una persona hacia otra
se han borrado
y se han reemplazado por la
vieja
intolerancia de siempre.

Más que nunca
Tenemos
Egoístas ansias de poder
Desprecio por el
Débil
El viejo
El pobre
El desvalido.

Estamos reemplazando necesidad con
Guerra
Salvación con
Esclavitud.

Hemos desperdiciado
Los logros
Nos hemos deteriorado
Deprisa.

Tenemos nuestra Bomba
Es nuestro miedo
Nuestra vergüenza
Y nuestra condena

Ahora
Se ha apoderado de nosotros
Algo tan triste
Que nos deja
Sin aliento
Y ni siquiera podemos
Llorar.
"... nací para robar rosas
de las avenidas de la muerte"

- Charles Bukowski -
PD.- Como aún sigo vivo, pues publico. Un beso (uno)- imes -

Nota Luctuosa

martes, octubre 10, 2006


Cuando la voz del remo
bate el mar
se hielan mis entrañas de noche.Lágrimas.
BASHO

lunes, octubre 09, 2006



¿Crees que si nos hubiéramos conocido antes estaríamos prometidos?, y él dice "Ya estamos prometidos, en algunos países árabes cuando una mujer monta en la bicicleta de un hombre es como si estuvieran casados".

ISMAEL SERRANO - sin tí a mi lado



Estoy cansado de hacer el mismo recorrido, el mismo trabajo,
ver las mismas caras, los mismos paisajes, sin ti a mi lado.
Mi vida, poco a poco, se va llenando de esos días
tristes, grises y opacos, que uno omite en su biografía.

Cansado de ir cada noche a los mismos bares,
buscándote aunque sé que no estás, que no voy a encontrarte.
Cansado de ir cada noche lamentando tu ausencia,
directamente a tu altar para hacerte una ofrenda.

Mañana será tarde si vienes a buscarme.
Mira en tu buzón, dejé un mensaje.
No todo está perdido, encuéntrate conmigo,
tú bien conoces el camino.

A esas horas, en las que casi todos engañan a sus amantes,
casi siempre encuentro un buen momento para asesinarme.
Y entre muerte y muerte miro a la ventana,
con la vana esperanza de ver que Madrid se consume entre llamas.

Tú quizás mientras busques un horario perdido
o cantes una canción para dormir a un niño.
Tú quizás mientras busques en horarios perdidos
la letra de una canción que yo te he escrito.

Mañana será tarde si vienes a buscarme.
Mira en tu buzón, dejé un mensaje.
No todo está perdido, encuéntrate conmigo,
tú bien conoces el camino.

Mañana será tarde si vienes a buscarme.

ISMAEL SERRANO - walking around


Sucede que me canso de ser hombre.
Sucede que entro en las sastrerías y en los cines
marchito, impenetrable, como un cisne de fieltro
Navegando en un agua de origen y ceniza.

El olor de las peluquerías me hace llorar a gritos.
Sólo quiero un descanso de piedras o de lana,
sólo quiero no ver establecimientos ni jardines,
ni mercaderías, ni anteojos, ni ascensores.

Sucede que me canso de mis pies y mis uñas
y mi pelo y mi sombra.
Sucede que me canso de ser hombre.

Sin embargo sería delicioso
asustar a un notario con un lirio cortado
o dar muerte a una monja con un golpe de oreja.
Sería bello
ir por las calles con un cuchillo verde
y dando gritos hasta morir de frío

No quiero seguir siendo raíz en las tinieblas,
vacilante, extendido, tiritando de sueño,
hacia abajo, en las tapias mojadas de la tierra,
absorbiendo y pensando, comiendo cada día.

No quiero para mí tantas desgracias.
No quiero continuar de raíz y de tumba,
de subterráneo solo, de bodega con muertos
ateridos, muriéndome de pena.

Por eso el día lunes arde como el petróleo
cuando me ve llegar con mi cara de cárcel,
y aúlla en su transcurso como una rueda herida,
y da pasos de sangre caliente hacia la noche.

Y me empuja a ciertos rincones, a ciertas casas húmedas,
a hospitales donde los huesos salen por la ventana,
a ciertas zapaterías con olor a vinagre,
a calles espantosas como grietas.

Hay pájaros de color de azufre y horribles intestinos
colgando de las puertas de las casas que odio,
hay dentaduras olvidadas en una cafetera,
hay espejos
que debieran haber llorado de vergüenza y espanto,
hay paraguas en todas partes, y venenos, y ombligos.
Yo paseo con calma, con ojos, con zapatos,
con furia, con olvido,
paso, cruzo oficinas y tiendas de ortopedia,
y patios donde hay ropas colgadas de un alambre:
calzoncillos, toallas y camisas que lloran
lentas lágrimas sucias.

Pablo Neruda

domingo, octubre 08, 2006

KAFKA



Cuando Gregor Samsa se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso insecto". Estaba tumbado sobre su espalda dura, y en forma de caparazón y, al levantar un poco la cabeza, veía un vientre abombado, parduzco, dividido por partes duras en forma de arco, sobre cuya protuberancia apenas podía mantenerse el cobertor, a punto ya de resbalar al suelo.
Sus muchas patas, ridículamente pequeñas en comparación con el resto de su tamaño, le vibraban desamparadas ante los ojos. «¿Qué me ha ocurrido?», pensó. No era un sueño. Su habitación, una auténtica habitación humana, si bien algo pequeña, permanecía tranquila entre las cuatro paredes harto conocidas.
Por encima de la mesa, sobre la que se encontraba extendido un muestrario de paños desempaquetados – Samsa era viajante de comercio –, estaba colgado aquel cuadro, que hacía poco había recortado de una revista y había colocado en un bonito marco dorado. Representaba a una dama ataviada con un sombrero y una boa” de piel, que estaba allí, sentada muy erguida y levantaba hacia el observador un pesado manguito de piel, en el cual había desaparecido su antebrazo.
La mirada de Gregor se dirigió después hacia la ventana, y el tiempo lluvioso se oían caer gotas de lluvia sobre la chapa del alfeizar de la ventana – le ponía muy melancólico.
«¿Qué pasaría – pensó – si durmiese un poco más y olvidase todas las chifladuras?» Pero esto era algo absolutamente imposible, porque estaba acostumbrado a dormir del lado derecho, pero en su estado actual no podía ponerse de ese lado.
Aunque se lanzase con mu cha fuerza hacia el lado derecho, una y otra vez se volvía a ba lancear sobre la espalda.
Lo intentó cien veces, cerraba los ojos para no tener que ver las patas que pataleaban, y sólo cejaba en su empeño cuando comenzaba a notar en el costado un dolor leve y sordo que antes nunca había sentido. «iDios mío!», pensó.
«iQué profesión tan dura he elegido! Un día sí y otro también de viaje

sábado, octubre 07, 2006

FRANCOIS TRUFFAUT



No se puede poner un final optimista, porque la vida no es optimista; tampoco se puede poner un final pesimista, porque sería un desastre comercial. Es necesario un final que incluya los dos. De ahí el final de 'Los cuatrocientos golpes' y el de casi todas mis películas. Hago finales ambiguos, siempre pensando un poco en Chaplin. Es su idea de marchar por la carretera y cruzarse con los policías, es la idea de la libertad amenazada. Creo que es la verdadera solución.

THOMAS MANN



Tadrio, junto con los tres o cuatro compañeros de juego que le habían quedado, corría a la derecha de su caseta; luego se puso a descansar en su silla de tijera, a mitad de camino entre el mar y la hilera de casetas, con una manta sobre las piernas. Aschenbach lo contemplaba por última vez. El juego, que no estaba ya vigilado, pues las mujeres debían de andar ocupadas con el equipaje, era más violento que de costumbre. Aquel chico robusto, con traje de marinero y cabello negro y liso a fuerza de pomada, a quien llamaban Saschu, excitado y cegado por un puñado de arena que le habían tirado a la cara, se dirigió hacia Tadrio y comenzó una lucha que pronto terminó con la caída del polaco, que era el más débil. Después, como si en el instante de la despedida ese sentimiento de humillación que suele poseer el inferior se trocase en cruel brutalidad y quisiera tomar venganza de una larga esclavitud, el vencedor no dejó libre al vencido, sino que, apoyando sobre la espalda de éste sus rodillas, le oprimió la cara tan largo rato contra la arena, que Tadrio, a quien la caída había dejado ya casi sin aliento, parecía a punto de ahogarse. Sus intentos de desembarazarse de su opresor eran contracciones, que cesaban a ratos y sólo sobrevenían como una convulsión. Espantado, Aschenbach se disponía a intervenir en el instante en que el brutal Saschu soltó a su víctima. Tadrio, muy pálido, se incorporó a medias, y apoyándose en un brazo estuvo unos minutos inmóvil, el cabello en desorden y los ojos húmedos. Luego se levantó para alejarse lentamente. Sus compañeros lo llamaron alegremente al principio, luego temerosos y suplicantes. El moreno, que sin duda sintió en seguida el remordimiento de su falta, le alcanzó y quiso reconciliarse con él. Pero aquél lo rechazó con un movimiento de hombros.Tadrio se dirigió en diagonal hacia el mar. Iba descalzo y vestía su traje listado con una cinta roja.
Deteniéndose al borde del agua, con la cabeza baja, empezó a dibujar en la arena húmeda con la punta del pie; luego entró en el agua, que en su mayor profundidad no le llegaba ni a la rodilla, la atravesó dudando, descuidadamente, y dejó el banco de arena. Allí se detuvo un momento, con el rostro vuelto hacia la anchura del mar, luego empezó a caminar lentamente, por la larga y angosta lengua de tierra, hacia la izquierda. Separado de la tierra por el agua, separado de los compañeros por un movimiento de altanería, su figura se deslizaba aislada y solitaria, con el cabello flotante, allá por el mar, a través del viento, hacia la neblina infinita. Otra vez se detuvo para contemplar el mar. De pronto, como si lo impulsara un recuerdo, bruscamente, hizo girar el busto y miró hacia la orilla por encima del hombro. El contemplador estaba allí, sentado en el mismo sitio donde por primera vez la mirada de aquellos ojos de ensueño se había cruzado con la suya. Su cabeza, apoyada en el respaldo de la silla, seguía ansiosamente los movimientos del caminante. En un instante dado se levantó para encontrar la mirada, pero cayó de bruces, de modo que sus ojos tenían que mirar de abajo arriba, mientras su rostro tomaba la expresión cansada, dulcemente desfallecida, de un adormecimiento profundo. Sin embargo, le parecía que, desde lejos, el pálido y amable mancebo le sonreía y le saludaba.
Pasaron unos minutos antes de que acudieran en su auxilio; había caído a un lado de su silla. Le llevaron a su habitación, y aquel mismo día, el mundo, respetuosamente estremecido, recibió la noticia de su muerte.

TRUMAN CAPOTE


Además, tenía un gato y tocaba la guitarra. Los días de mucho sol se lavaba el pelo y, junto con el gato, un rojizo macho atigrado, se sentaba en la escalera de incendios y rasgaba la guitarra mientras se le secaba el pelo. Cada vez que oía la música, yo me acercaba silenciosamente a la ventana. Tocaba muy bien, y a veces también cantaba. Cantaba con el acento afónico y quebrado de un muchacho. Se sabía todas las canciones de los musicales de éxito, de Cole Porter y Kurt Weill; le gustaban sobre todo las canciones de Oklahoma!, recién estrenada aquel verano. Pero en algunos momentos tocaba melodías que hacían que me preguntase de dónde podía haberlas sacado, de dónde podía haber salido aquella chica. Canciones nómadas, agridulces, con letras que sabían a pinar o pradera.
Una de ellas decía: No quiero dormir, no quiero morir, sólo quiero seguir viajando por los prados del cielo; y parecía que ésta fuese la que más la complacía, pues a menudo seguía cantándola mucho después de que se le hubiera secado el pelo, cuando el sol ya se había puesto y se veían ventanas iluminadas en el anochecer.

miércoles, octubre 04, 2006

GAUDI



martes, octubre 03, 2006

Monólogo De Una Gallareta II

Se han parado alguna vez en medio de una calle desierta, la misma que horas antes había tanto transito que a penas se podía respirar?, sobre tus piernas, no en auto o bicicleta ni triciclo, sobre tus pies. Que sensación!
No, no tiene nada que ver con lo que quiero decir, la verdad es que no hay mucha relevancia a veces en lo que digo, con lo que quiero decir, es parte de mi, pero siempre termino diciendo lo que realmente quería decir en alguna parte y lo curioso de todo es que aunque parezca la idea central que me moviliza a comunicar, ésta puede pasar inadvertida a la persona o personas a quien quiero decirles, parece absurdo, pero no lo es.
Hace unos años, hice una promesa a alguien, dejé de ver a esa persona y no vio que cumplí mi promesa, pero no dependía de esa persona el afán, sino de mi. A esa persona, no importa donde se encuentre: Gracias!. Para no olvidar esa motivación que me impulsó a cumplir mi promesa aún guardo la primera página de una agenda que me regaló.
A veces no nos motivan muchas cosas para hacer algo en la vida, sobre todo si toda la vida te vives resistiendo a los demás, es lo de menos, quejarse solo sirve para levantar el lastimero humano y eso da asco. Pero cuando algo nos motiva, todo cambia, cambia inclusive el compromiso que tienes contigo mismo de perseverar, alcanzarte y rebasarte no importa cuantas veces creas que te hayan dejado caer. Sobre todo si internalizas que del suelo no pasaras (jaja). Siempre ver las cosas en sus peores consecuencias, de ahí en alto cualquier cosa que venga será menos malo. ¿Prepararse así para todo?, más bien parecería prepararse en trincheras para una guerra, pero qué es la guerra, digo, la vida? Una carrera de obstáculos donde el gran premio será el mismo para todos, los que lleguen en primer lugar o los que lleguen gateando porque se acabaron las fuerzas y llegan con la lengua afuera…un dulce reposo, en el cajón (y no es el cajón de los ignorados de la sala de poesía), del color de preferencia de los que nos amaron y están cerca…(pensándolo bien eso me falta por dejar dispuesto), en fin, un dulce y apacible sueño. Así que aplicarnos la trillada frase: Lo importante de la vida no es vivirla, sino saberlo hacer... ¿vendrá algún libro para ello?

…Cuando algo te impida ver, quita el espejo que esta frente a ti, hay otros rostros que ver más allá! (acá, aquí, allá, allí, sin ánimos de marear).

Héroes desde hace tiempo...por siempre jamás.


I Yo
I wish you could swim desearía que pudieras nadar
Like the dolphins como los delfines
Like dolphins can swim como los delfines pueden nadar
Though nothing aunque nada
Will keep us together nada nos mantenga unidos
We can beat them podemos vencerles
For ever and ever por siempre jamás
Oh we can be Heroes oh, podemos ser héroes
Just for one day solo por un día.

I Yo
I will be king yo seré rey
And you y tú
You will be queen Tú serás reina
Though nothing aunque nada
Will drive them away los aleje
We can be Heroes podemos ser héroes
Just for one day por un día
We can be us podemos ser nosotros
Just for one day solo por un día.

I Yo
I can remember yo puedo acordarme
Standing de pie
By the wall junto al muro
And the guns y los rifles
Shot above our heads disparaban por encima de nuestras cabezas
And we kissed y nos besábamos
As though nothing could fall como si nada pudiera hacernos caer
And the shame y la vergüenza
Was on the other side estaba al otro lado
Oh ,we can beat them oh, podemos vencerles
For ever and ever por siempre jamás
Then we can be Heroes entonces podremos ser héroes
Just for one day por un día.

David Bowie...a todos nos gustaba ; a muchos, Ray Loriga se nos adelantó. Yo no alcancé a tocar el muro pero si he sido Reina y me han besado...aunque sea por un día.

...la que busca donde mirar y posar sus ojos, la que siempre prefiere una mirada diferente, una mirada subjetiva y viva, que no se deja amedrentar por filtros de ningún tipo. Busco la belleza en los cuerpos y las intimidades, en sus placeres y sentimientos, en la pasión y en la fuerza...

Escuché a los marineros en sus barcos, abrí mi corazón necesitado y no me escucharon, temerosos de perder el camino de vuelta a sus seguridades. Se ataron con la cuerda del aburrimiento mientras la tentación incendiaba su sangre. Ahora dormitan en sus pobres casas, como naufragos en la playa de la vida.

Todos tenemos dentro un lado salvaje, primitivo, emocional, oculto, al que tenemos miedo. Es temor a perder el control, a no sabernos contener, a lanzarnos en pos del deseo más básico e instintivo, aquel que nos devuelve a los orígenes y convierte, de nuevo, a nuestros sentidos, en los reyes que nos gobiernan.

Miedo a que la vida fluya por las venas con el ritmo de un ser salvaje, sin la hipócrita patina de la civilización, sin las ataduras ancestrales de la moral o la cultura. Y miedo, también, a perdernos en sus laberintos de furia, a comprar un billete solo de ida y empezar un viaje sin retorno.

R. Kincaid

lunes, octubre 02, 2006

sorpresa jejejej gonzalo

Gracias a cada uno por las felicitaciones, las grabaciones, el blogg, las versiones de cumpleaños, la paciencia al trabajar bajo la presión de mi amado pero sobre todas las cosas gracias por su PRESENCIA. Todos saben que me encuentro muy lejos de casa y la nostalgia por momentos me atrapa pero ustedes me hicieron sentir querida, apreciada y consentida.
Esperaba recibir la tarjeta que encargaron a Maypi para luego escribirles pero no hace falta verla, la dedicación habla por si sola...Que sepan que tienen una amiga y que les aprecio!prince........niña jejejeje