domingo, septiembre 24, 2006

II de JUAN VERON

II
Todas las esperas se parecen.
La noche anterior, la interior, el último beso suicida,
y las últimas batallas de guerras perdidas.
Descarnadas palabras.
Aclaraciones y advertencias inútiles,
siempre es tarde para aquél que sólo se queda a esperar.
Homenajea el silencio, diciendo cosas, sino imaginativas al menos inteligentes.
Fusiláme con palabras de amor,
me garantizo como hiedra aferrada a la humedad de estas paredes.
No hay dudas, hay certezas y cerezas.
Actúa con disciplina, yo no respetaré consignas sin
considerar probabilidades, al sol del corazón fatídico.
Toda esta espera desespera, éste es un patíbulo de desencuentros.
Se acostumbra uno a la repetición con la monotonía.
Éste es un trance triste y no.
Éste es el trance irremediable e ineludible.
No se resigna la ilusión, abrazado a una se salva
hasta el más vil de mis pares.
Me estremece entonces esta espera, la duda y la primavera.
No abortaría ninguna estupidez por complacer a los poderes del dinero.
Me voy sin irme, y me quedo acá, en Buenos Aires,
aquí se está, y estar ya es mucho para mí hoy.
Poema de Juan Verón - Del libro "LOSCURO"