viernes, septiembre 22, 2006

CASIOPEA (2a. Entrega)



El tiempo se me va y debo recorrer ese mundo que se asoma por el otro lado del umbral. Tenemos una cita y no voy a faltar. No me sobra tiempo. Ni siquiera sé si este tiempo será suficiente y a la vez esta no certeza es lo que me mueve; me electriza saberte mirando mi despedida, sentirte con la mirada pegada a mi compañera - tu mirada- de mi huida.

Viví buenos tiempos contigo. Recuerdo acariciar tu piel y tu sonrisa. Recuerdo tus momentos de rabia y de furia gitana en los que yo prefería retraerme en mi misma. No sé si a efecto de la cobardía que me caracteriza, no sé si era instinto de conservación, pero, aún en esos momentos te amé y tal vez ahí fue cuando te amé más que nunca, porque te veía tan grande y tan indefenso, tan lleno de vida y tan lleno de dolor, de rabia, de muerte.

Casi ha dejado de llover ya se nota una, varias estrellas... estás ahí, mirándome ¿ a mi? Estás ahí y del otro lado ya se oye a Bach. Sí, me voy por Bach entre otras cosas. Me enamoré de sus conciertos, de los violines y de los cellos; lo que viene lo quiero recorrer junto a Bach. Y Bach vive del otro lado del umbral, no está en tu jardín, esa es tal vez una de las partes que le falta a este edén, porque, de todo lo demás es el jardín del edén. No llores. Es verdad.

Me gusta el nombre que me diste de esa estrella Casiopea, adoré escucharlo de tus labios con forma de corazón en puchero casi permanente, me acostumbré a tu saludo, a tu voz fuerte que me remecía, que me remece entera. Ecos que se han guardado en mi cuerpo. Y decidí partir; necesito salir de viaje, dejar atrás el edén de tu piel en nuestros juegos. Oigo tu voz. Te escucho, ahora en un susurro. Casiopea se va no lo parece pero se va. Enfilo mis energías al viaje. Si me canso me apoyo en una rama por un momento. No tengo miedo pero las mariposas no dejan de volar en mis entrañas. Sería más fácil que Casiopea se quedase aquí, en este jardín y nada, decidí la fuga.

Pasan agujas por mi cuerpo, las esquivo, tengo que subir y subir, buscando puntos de apoyo para no caerme. Te confieso que más de una vez ya me han faltado las fuerzas. Tomo una gota de agua, un poco de hierbas que corto, Casiopea come plantas, es vegetariana. Vislumbro la ventana por la que he de salir o entrar, todavía no estoy muy segura, pero la veo, ahí está, está abierta.

Como lo supuse, tal como lo soñé ahí empieza el mundo, ya no en una guía plana de carreteras, globo azul y café en todo su esplendor, brillando al sol, guardado por la luna en otras partes.Trato de decidir por donde va a empezar este nuevo viaje, tomo mi equipaje y quisiera una banda transportadora y no esta gigante escalera.

Fin de la 2a. entrega.. leer y escuchar a Bach...la música que hay con la otra Casiopea sigue y sigue...